Un
día Rapunzel, estaba sentada observando por la ventana de su torre. Por un
momento, sintió que a su largo cabello lo estaban tirando hacia atrás y vio a
un hada que con una voz dulce dijo...
-Hola, mi
nombre es Lila, pensé que había encontrado el pentagrama oculto en esta torre y
estaba colocando las notas.
-No
hay problema pero este es mi cabello y en esta torre no hay nada- dijo
Rapunzel.
-¿Me
puedes ayudar a encontrar ese pentagrama?- preguntó Lila.
-¡Bueno,
dale! ¿Dónde es?- preguntó Rapunzel.
-¡En
el bosque Mágico!- exclamó Lila.
Fueron al bosque Mágico y buscaron por
todos lados ... hasta en lo más profundo. De pronto, comenzaron a oír un
fantasma.
El muy pillo cuando las vio, rápidamente se llevó a Rapunzel. La niña
estaba muy asustada y no sabía qué hacer pero lo escuchó:
-Hola
soy el fantasma Louis ¿Quieres jugar conmigo?- preguntó tiernamente.
-¡Sí!
pero... ¿puede venir mi nueva amiga? .... Esto tiene que ser corto ya que
buscamos un pentagrama mágico- explicó Rapunzel.
-Yo
sé algo sobre ese pentagrama ¿las puedo acompañar?- preguntó Louis.
-Si,
claro,pero tienes que ser cuidadoso. Mi amiga es un hada muy asustadiza- dijo
Rapunzel.
Los tres se unieron para buscar el
pentagrama mágico. Caminaron horas y horas hasta que vieron algo brillante al
final de un arco iris. Y allí estaba, el pentagrama mágico. Y sobre él,
cubierta de polvo mágico una flauta.
Lila, tocó unas notas y apareció un genio. Él les concedería un deseo
por persona.
Rapunzel
deseó amistad por siempre con Lila y Louis.
Lila
deseó tener poderes mágicos.
Y
Louis pidió, ya no dar miedo a la gente.
Fueron
amigos por siempre, como pidió Rapunzel. Lila se convirtió en un hada de magia.
Louis vivió tranquilo con la gente porque ya no asustaba.
Silvina Damiani - Quinto "A"